jueves, 29 de noviembre de 2007

Inauguran en Camagüey exposición “Las luchas de Vilma”

Por: Yuldys Márquez Díaz / Televisión Camaguey

La vida de la heroína de la Sierra y del Llano, Vilma Espín está recogida en la exposición fotográfica “Las luchas de Vilma “que fue inaugurada en Camagüey. La muestra que ya ha recorrido algunas provincias del país, es un justo tributo a quien fuera líder de los derechos de la mujer cubana.

Más de doscientas fotos reflejan momentos significativos de esta incansable dirigente política, combatiente, madre y revolucionaria. Las fotografías están acompañadas con frases de Fidel, Raúl y de la misma Vilma que devienen mensajes certeros sobre la mujer, la familia y la infancia en Cuba.

Magalis Arocha Domínguez, Miembro del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas asegura que esta exposición que ha estado itinerante por varias provincias del país, ha sido un atrayente para todos los miembros de la familia cubana. Porque aquí podemos apreciar varios momentos de la vida de esta incansable luchadora desde su adolescencia, su vida en la Sierra como miembro del Ejército Rebelde y como luchadora de los derechos de la mujer cubana.

La inolvidable fundadora y presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas estará presente en cada mujer cubana. Su ejemplo imperecedero será una guía. Sus luchas representaron siempre las luchas de todas las mujeres cubanas.

La Heroína fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su creación en 1965, elegida suplente del Buró Político en el II Congreso y miembro efectivo en el III. Desde 1976, al ser constituida la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), fue electa diputada y miembro del Consejo de Estado, funciones en las que fue ratificada en todos los procesos electorales.

Esta exposición debe su nombre al título que diera nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro a sus reflexiones del día 22 de junio del 2007, día del entierro de la Heroína de la Patria.

Las luchas de Vilma

Reflexión del Comandante en Jefe Fidel Castro

Vilma ha muerto. No por esperada la noticia dejó de golpearme. Por puro respeto a su delicado estado de salud nunca mencioné su nombre en mis reflexiones.

El ejemplo de Vilma es hoy más necesario que nunca. Consagró toda su vida a luchar por la mujer cuando en Cuba la mayoría de ellas era discriminada como ser humano al igual que en el resto del mundo, con honrosas excepciones revolucionarias.

No siempre fue así a lo largo de la evolución histórica de nuestra especie, que la llevó a ocupar el papel social que le correspondía como taller natural en que se forja la vida.

En nuestro país la mujer emergía de una de las más horribles formas de sociedad, la de una neocolonia yanqui bajo la égida del imperialismo y su sistema, en el que todo lo que el ser humano es capaz de crear ha sido convertido en mercancía.

Desde que surgió en la lejana historia lo que se llamó la explotación del hombre por el hombre, las madres, los niños y las niñas de los desposeídos soportaron la mayor carga.

Las mujeres cubanas trabajaban en los servicios domésticos, o en tiendas de lujo y bares burgueses, donde además eran seleccionadas por su cuerpo y su figura. Las fábricas les asignaban los trabajos más simples, repetitivos y peor remunerados.

En la educación y la salud, servicios que se prestaban en pequeña escala, su imprescindible cooperación era realizada por maestras y enfermeras a las que solo ofrecían un nivel medio de preparación. La nación, con 1 256.2 kilómetros de extensión, contaba únicamente con un centro de educación superior ubicado en la capital, y más adelante, con algunas facultades en centros universitarios de otras 2 provincias. Como norma solo podían estudiar en ellas jóvenes procedentes de familias con ingresos más altos. En muchas actividades ni siquiera se concebía la presencia de la mujer.

He sido testigo durante casi medio siglo de las luchas de Vilma. No la olvido en las reuniones del Movimiento 26 de Julio en la Sierra Maestra. Fue enviada finalmente por la dirección de este para una importante misión en el Segundo Frente Oriental. Vilma no se inmutaba ante peligro alguno.

Al triunfar la Revolución, se inicia su incesante batalla por las mujeres y los niños cubanos, que la llevó a la fundación y dirección de la Federación de Mujeres Cubanas. No hubo tribuna nacional o internacional a la que dejara de asistir por distante que fuera el camino a recorrer, en defensa de su patria agredida y de las nobles y justas ideas de la Revolución.

Su voz dulce, firme y oportuna, siempre se escuchó con gran respeto en las reuniones del Partido, el Estado y las organizaciones de masas.

Hoy las mujeres en Cuba constituyen el 66 por ciento de la fuerza técnica del país, y participan mayoritariamente en casi todas las carreras universitarias. Antes, la mujer apenas figuraba en las actividades científicas, pues no había ciencia ni científicos, salvo excepciones. En ese campo también son hoy mayoría.

Los deberes revolucionarios y su inmenso trabajo nunca le impidieron a Vilma cumplir sus responsabilidades como compañera leal y madre de numerosos hijos.

Ha muerto Vilma. ¡Viva Vilma!

Fidel Castro Ruz

20 de junio del 2007 2:10 p.m.