viernes, 15 de enero de 2010

Celia, la flor más autóctona de la Revolución cubana.

Entre las cubanas que tienen nombre de Revolución encontramos a Celia, amiga inseparable de Fidel, luchadora incansable, dinámica, atrevida, ocurrente, traviesa, ocurrente fue esta mujer. A Celia Sánchez Manduley muchos la recordamos como la temeraria heroína y ella fue mucho más que eso.
Esta mujer con mezcla de pasión e intranquilidad, intrépida y sensible a la vez fue una cubana autóctona. Siempre se comportó con su gracia y acento campesinos, de gente de pueblo. Con esa criollez que nos caracteriza.
Celia tuvo también un gran sentido de la estética, cuentan que se destacaba en las artes manuales y que diseñó uniformes escolares, guayaberas para mujeres así como participó en el decorado y concepción de sitios tan importantes como la Comandancia General de la Plata, en la Sierra Maestra.
Además esta sencilla mujer de inolvidable sonrisa fue muy apegada a la naturaleza. Se conoce que le fascinaban las orquídeas, los helechos y lo natural. Era también muy detallista.
Su ternura y su apasionada manera de querer a los demás fueron otras de sus cualidades. No por gusto todos la conocemos como La Flor Más Autóctona de la Revolución.
Una flor que germinó en la sierra y se convirtió en su eterna y dulce sonrisa.