miércoles, 20 de marzo de 2013

O lo hacemos, o nos hundimos en el “abismo tecnológico”

tomado de Granma DigitalA propósito de Informática 2013, que por estos días ocupa titulares y genera expectativas, Granma dialogó sobre este tópico con Pablo Bello Arellano, secretario general de la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (AHCIET)
SHEYLA DELGADO GUERRA
En la llamada era digital, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) devienen armas estratégicas para el desarrollo en el orbe. Pero con la misma celeridad arrolladora de Internet y los avances científico-técnicos en este campo, crece la brecha digital, entendida como las desigualdades socioeconómicas en la accesibilidad a esas tecnologías.
Foto: Jorge Luis GonzálezPablo Bello Arellano, secretario general de la AHCIET.
"Internet es hoy por hoy una herramienta fundamental para el desarrollo de los pueblos y, particularmente, de América Latina y el Caribe, que puede y debe generar igualdad de oportunidades, de progreso, y de desarrollo económico, social y cultural. El cierre de disparidades resulta un imperativo ético y moral, y condición elemental del desarrollo. Para lograrlo se requieren dos aspectos principales: infraestructura de las telecomunicaciones, de las redes, y que la conectividad llegue a todos los rincones. Lo segundo: que la oferta de servicios, de contenidos, aplicaciones... esté disponible, que sepamos usarla y le demos un sentido útil. Ese es el desafío fundamental".
—Oportunidades reales que existen actualmente en la región...
"Hemos dado pasos muy importantes en el aumento de los indicadores en términos de acceso a Internet, pero persisten ‘bolsones’ y por razones económicas, de ruralidad o distanciamiento aún muchas personas no tienen acceso a las TIC. De cara al año 2020 América Latina debe y puede cerrar completamente la brecha digital.
"Debemos ser capaces todos de trabajar en el objetivo compartido de eliminar la brecha lo antes posible. Esto requiere de políticas públicas bien definidas también en el ámbito del e-government (gobierno electrónico), de todo lo que es telemedicina, tele-educación, trámites públicos... "
—¿Hacia dónde está enfocada la "mira" de la organización de la cual usted es secretario general para impulsar la inclusión digital, en contraposición a la brecha existente?
"Se está jugando en buena medida nuestra posibilidad de desarrollo y de generar equidad. A mayor uso y penetración de servicios de telecomunicaciones, hay más crecimiento económico y posibilidades de inclusión social. Debemos generar un diálogo entre todos los actores y facilitar el despliegue de infraestructura: torres, antenas, servicios de fibra óptica, redes alámbricas o inalámbricas... Luego, potenciar el espectro radioeléctrico, elemento fundamental de las comunicaciones inalámbricas; tercero, disminuir impuestos y generar un entorno favorable a las telecomunicaciones. Y en cuarto lugar, trabajar de común acuerdo en solventar todas las barreras del desarrollo sectorial".
—¿Cómo valora la gestión del Gobierno cubano en el campo de la informática y las telecomunicaciones para cerrar la brecha digital?
"Los indicadores son positivos. En los últimos diez años el crecimiento de la banda ancha fija ha sido importante, pero mucho más significativo ha sido el de la móvil. Este tipo de telefonía ha logrado un salto visible en estos cinco años y resulta relevante la preocupación y el nivel de prioridad muy nítidos por parte del Gobierno cubano, a través del Ministerio de Comunicaciones.
"Si hay algo en lo que Cuba destaca es en la informatización de la función pública, de los servicios de los ciudadanos para que haya más gobierno electrónico. Esto permite una participación superior en los procesos de decisión. Y Cuba va en el buen camino. El reto ahora es apretar el acelerador con un sentido claro de la urgencia porque la brecha digital o profundiza las desigualdades o, si la cerramos, se convierte en instrumento fundamental para el progreso".
—Si bien por un lado Internet constituye una fortaleza, por otro puede devenir incluso instrumento de agresión, y Cuba ha sido un blanco constante de la guerra mediática, la cual no escapa a este medio alternativo de comunicación...
"Exactamente, las TIC —como todas las tecnologías— tienen sus riesgos. Por definición las tecnologías no son buenas ni malas, son simplemente una herramienta y hay que saber usar esa herramienta para fortalecer el avance de los países, no para atacarlos".
—Cuando se habla de accesibilidad y desarrollo tecnológico, no puede descartarse que el bloqueo estadounidense tiene un impacto tangible... ¿Cuánto cree usted que afecta esa atroz medida del gobierno norteamericano a la gestión de Cuba por el cierre de la brecha digital?
"Cualquier factor que limite las posibilidades de desarrollo de un pueblo significa un problema. El aislamiento en la era de la información es lo peor que puede ocurrir. Entonces me parece absurdo e inhumano que en el siglo XXI todavía existan restricciones para que los cubanos puedan acceder a toda esa información. Desde la AHCIET llamamos siempre a que no debe bloquearse el acceso al conocimiento. No se trata solo de que Cuba pueda acceder al mundo, sino de que el mundo también pueda acceder a Cuba".

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