lunes, 26 de octubre de 2009

El Che

A pesar de que muchos intentan acercarlo a las maldades de la vida, comparándolo con criminales o endemoniados hombres, el Che o Ernesto Guevara de la Serna es una figura emblemática para la juventud latinoamérica y del resto del mundo. El por qué, o mejor dicho, los por qué son diversos. Quizás el acercamiento a un héroe que bajado de su pedestal nos da lecciones de humildad y humanismo puede ser uno de los motivos. Hoy publico una de las anécdotas que leí en el periódico Granma, el pasado 8 de octubre. En próximos días compartiré otras de estas historias, relacionadas también con el pueblo cubano.

El viejito de la bicicleta

Mariano Rodríguez cuenta en el libro Con la Adarga al Brazo que un día salían de Fomento en el Chevrolet del Che y este iba manejando, pero aparece en la carretera un viejito manejando una bicicleta que llevaba en la parrilla una guataca con el cabo apuntando para la vía. El Che no ve el cabo de la azada y al cruzar toca con el guardafango derecho el palo y lanza al viejito y la bicicleta a la cuneta. Automáticamente detiene el auto y se preocupa por la salud del anciano, quien está sentado mirando los golpes que se ha dado su bicicleta. Llega el Che y le pregunta: ¿Se ha dado algún golpe? ¿Le ha pasado algo? Levanta la cabeza el viejito y cuando reconoce que era el Che le dice: - ¿Pero fue usted quien me arrolló? Sí, por desgracia. Y el viejito decía: “¡Qué desgracia de qué! ¡Qué suerte tengo yo, que usted me haya arrollado! ¡Usted sabe lo que es que yo le diga a mi familia que usted me arrolló! ¡Qué suerte tengo yo de haber salido hoy…! ¡Si no salgo hoy usted no me arrolla! ¡Qué clase de suerte tengo yo!”

El Che sonriente exclama: “Todavía este hombre me da un beso por haberlo arrollado…” Le dice al viejito: “Déme acá su bicicleta para mandársela a arreglar”. Pero el viejito argumenta “¿Arreglar? ¡No! ¡Qué va! Esta bicicleta yo no la arreglo ya nunca más, esta bicicleta la guardo para enseñarla a mi familia del día que tuve la suerte de conocer a Che Guevara…” De todos modos el Che le envió posteriormente una bicicleta.

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